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viernes, 14 de febrero de 2014

¿Conoces los fosteritos?


Los fosteritos son nada más y nada menos que las entradas al Metro de Bilbao, el nombre les viene del arquitecto encargado del proyecto de toda la obra, el británico Norman Foster. Hace ya 18 años desde que se inauguró este suburbano en 1995. Desde el comienzo la idea en torno a la que giró el diseño del proyecto del Metro fue la mezcla entre la originalidad, la sencillez y la eficacia, creando un medio de transporte funcional y agradable para los viajeros. Y así ha sido.

Bilbao se puede recorrer a pie perfectamente, pero para la vida diaria y el ritmo que exige una ciudad el Metro ha sido una solución excelente. Acorde con el tamaño de la Villa, dispone tan sólo de dos líneas que conectan Basauri con Plentzia (Línea 1) y Basauri con Santurtzi (Línea 2) , comparado con los metros de otras ciudades como Madrid o Londres, además de nuevo es muy pequeño, nada que ver con el laberinto que puede suponer el metro de Londres -en funcionamiento desde 1863- ni con los techos bajos de los andenes del de Madrid. Las estaciones del Metro de Bilbao se encuentran cercanas al exterior, no hay que descender pisos y pisos hasta llegar a ellas, la longitud media de los andenes es de alrededor de 160 metros y sus techos tienen la altura de dos pisos, por lo que la sensación es de mucha amplitud, los suelos y paredes son de colores claros y el mobiliario en metal de líneas sencillas.

Los fosteritos conectan las estaciones con el exterior, construidos en cristal y acero dejan pasar mucha luz durante el día para por la noche llevarse el protagonismo al estar iluminados. Pegados a los fosteritos se encuentran los mástiles con el logo de Metro que señalan las estaciones.





Esta semana un documental de la cadena estadounidense CNN ha situado en octavo puesto a las estaciones del Metro de Bilbao entre las doce más impresionantes de Europa. Nos es la primera vez que medios extranjeros se fijan en él y su diseño ha cosechado numerosos premios, entre ellos el Premio Brunel de Arquitectura -tanto para el proyecto general como para la estación de Sarriko en particular-, el premio "Veronica Rudge Green Price" que la Universidad de Hardvard otorgó a Norman Foster por él y el Premio Nacional de Diseño Industrial entregado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología a Akaba, la empresa que diseñó los bancos.

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